CROMOTERAPIA




La cromoterapia se basa en la consideración de que existe una energía global de la que la materia es una manifestación más y plantea que cada color tiene su efecto compensador -yin o yang- para conseguir el equilibrio orgánico que es la salud.

Esta antigua terapia fue puesta al día y popularizada por el Dr. Kuppusuami -el llamado "médico de los Himalayas", más tarde maestro espiritual bajo el nombre de Swami Sivananda y que saltó al mundo creando numerosas escuelas, especialmente en Estados Unidos y en Francia, países donde cuenta con gran número de practicantes.

Tiene la ventaja de que -como la mayor parte de las medicinas alternativas- carece de efectos secundarios y puede ser utilizada en procesos de autocuración por cualquier persona con una preparación mínima. Pero pasa como siempre: sólo en manos de expertos puede llegar a ser una herramienta útil para devolver la salud a un organismo afectado por cualquier proceso patológico. 

LAS BASES DE LA CIENCIA

La filosofía ancestral china considera un universo constituido por distintas manifestaciones de una energía global -el Tao o Chi- que tienden a buscar un equilibrio entre sus componentes de distinto signo -el yang y el yin- que a través de una serie de leyes fijas sintetizan tanto la materia como la energía como diferentes manifestaciones del Chi. 

Una de estas leyes es la los CINCO COLORES que correlaciona los cinco colores básicos con los órganos rectores del cuerpo a través de los meridianos de energía que lo recorren, considerando a los órganos no al modo occidental como una entidad anatómica sino como una energía con relación preferencial con el órgano físico y con las funciones por él controladas.

Así, el verde corresponde al hígado, el rojo al corazón, el amarillo al bazo, el blanco al pulmón y el azul oscuro al riñón.

Estos cinco colores -y sus órganos correspondientes- tienen distintos tipos de energía. El yan  es solar, masculino, caliente y secretor mientras el yin es oscuro, femenino, frío, subterráneo y absorbente. El rojo, el amarillo y el blanco (con todos sus compuestos) son yang y el negro y el verde son yin.

Otra importante noción básica para entender la Cromoterapia es la de la absorción de los elementos externos que la antigua filosofía oriental considera como partículas susceptibles de transformarse en nuestro organismo en energía utilizable. Estas micropartículas reciben en los textos chinos los nombres de gránulos, granos o incluso sangre y pueden tener un origen terrestre -aportados por la alimentación- o celeste -por el medio ambiente y que se absorben directamente por la piel en forma de energía que no precisa transformación. 

El capítulo de las energías es también fundamental. La medicina tradicional china considera cuatro energías fundamentales cuyo desequilibrio es la causa de la enfermedad: el calor (yang), el frío (yin), la sequedad (yang) y la humedad (yin). Estas energías se neutralizan mutuamente en el individuo sano y deben ser aportadas en forma de alimentos, medicamentos, corrección energética como la de la acupuntura y, por supuesto, colores, que pueden ser utilizados tanto en forma externa primaria (luces) como en los propios alimentos o bebidas, independientemente de su composición. 

CÓMO USAR LOS COLORES

En principio parece que la forma obvia sería utilizar directamente una luz coloreada sobre el paciente o la zona afecta que se quiera tratar. Y, por supuesto, así es; pero no olvidemos que el concepto de la cromoterapia es fundamentalmente energético y, por ello también pueden ser usados elementos materiales cuyas propiedades pueden ser cambiadas o potenciadas por su exposición a la luz o a los colores directamente. 
Los elementos más frecuentemente energizados para su uso como medicamentos cromoterápicos son el agua, el azúcar, el aceite y, algunas veces, el vino y el aire. Los alimentos también tienen un efecto curativo según sus colores. 

CÓMO SE CARGAN LOS COLORES

El sistema más fácil y más frecuentemente utilizado es el de colocar la sustancia en recipientes de cristal coloreado directamente a la luz del sol. 

Cada sustancia tiene un tiempo mínimo de exposición aunque, por supuesto, cuanto más tiempo se la tenga mejores y más duraderos serán sus resultados.

El agua, así como el vino, debe exponerse un mínimo de cuatro horas, el azúcar precisa no menos de dos semanas y el aceite necesita al menos cuarenta días de irradiación solar constante.

El aire puede cargarse en unos pocos minutos y al respirar directamente de la botella se consigue en los conductos respiratorios la acción estimulante o sedante correspondiente al color utilizado.

Esta carga no se mantiene constante y es preciso renovarla frecuentemente dependiendo de su color: así, en agua contenida en botella azul, que es un color antiséptico, mantendrá su actividad durante muchos meses pero si es de color rojo o amarillo precisa ser recargado cada tres semanas en invierno y semanalmente en verano, cuando la irradiación es mucho mayor. 

CÓMO SE USA EL COLOR DIRECTAMENTE

El sistema más comúnmente utilizado es una linterna o foco, con suficiente potencia (lo ideal es de unos 60-100 w. o su equivalente) en cuya boca se adaptan transparencias con los colores puros requeridos o sus combinaciones más frecuentes. Sacando y metiendo las distintas transparencias pueden conseguirse secuencias y rápidos cambios del color de la luz emitida, ideales para los distintos tratamientos.

LOS COLORES

Todo el mundo sabe que una habitación pintada de verde proporciona un clima sedante y los cabarets utilizan las luces rojas para crear un ambiente erótico. Por eso, aparte de su sistematización terapéutica los colores responden a un proceso muy básico, no sólo a nivel físico sino también a niveles más profundos de nuestro subconsciente.

EL ROJO 

Es un color caliente, yin, que estimula la vitalidad general del organismo. A nivel circulatorio es adecuado en la hipotensión, la impotencia masculina de causa vascular y las enfermedades vasculares en que existe alteración circulatoria sin hipertensión, así como en las anemias ya que favorece la multiplicación de los glóbulos rojos.

En el sistema nervioso ayuda a superar los estados de decaimiento, las enfermedades crónicas como el reumatismo, las bronquitis y, en las mujeres, las reglas dolorosas o dismenorreas. 

En el aparato digestivo está indicado en los problemas de digestiones lentas, estreñimiento, vesícula perezosa y gastritis.

La piel se beneficia del estímulo del rojo que también resulta útil para aumentar la fuerza de voluntad y la paciencia. 


EL NARANJA

Mezcla de rojo y amarillo, el naranja es un color yin, caliente y alegre muy indicado para estimular pero sin la fuerza del rojo. 

Está especialmente indicado en el reumatismo crónico, el asma, la bronquitis de fumador, la gota, cólicos biliares, epilepsia y muchos problemas de la menopausia. 


EL AMARILLO

También caliente, es un color que inspira, vitaliza y estimula. Por eso está especialmente indicado en estreñimientos de todo tipo, indigestiones y flatulencias o aerofagias.

Las enfermedades crónicas de la piel como el eczema, psoriasis y muchas urticarias se benefician de su acción. 

También ayuda a aliviar las hemorroides y facilita el flujo urinario por lo que puede ser usada en el tratamiento de la hipertensión como diurético moderado y, además, agudiza el intelecto y la capacidad de aprendizaje.


EL VERDE

Color yang sedante y calmante, tanto a nivel físico como psíquico.
Es especialmente útil para la vista, que conserva y fortalece. También va muy bien en los casos de hipertensión arterial, neuralgias de todo tipo, enfermedades del corazón, dolores de cabeza y gripes.
Ayuda a calmar los dolores del cáncer y, en general, todo tipo de afectaciones dolorosas de carácter crónico o agitaciones de tipo histérico (los clásicos "ataques de nervios"). 


EL AZUL

Uno de los colores más usados en cromoterapia por su carácter sedante, yang, refrescante, antiséptico, antiinflamatorio y antiespasmódico.
Es muy útil en los casos de fiebre, dolores de cabeza y de muelas, vómitos, diarrea, cólicos y, en general, en todos los problemas que cursan con espasmos o dolores de cualquier tipo.
Es el antiinfeccioso por excelencia de los colores y puede usarse por tanto desde las conjuntivitis supuradas hasta en anginas, infecciones urinarias o bronquitis agudas.
Cicatriza las heridas y alivia las quemaduras
.


OTROS COLORES usados en cromoterapia con frecuencia son

ÍNDIGO -muy útil en neumonías, asma, indigestión, catarros y trastornos de la menstruación-, 

VIOLETA -tiene un efecto estimulante de las funciones superiores espirituales y de la intuición además de ayudar a combatir el insomnio y aumentar los glóbulos rojos de la sangre- 





PÚRPURA, que vigoriza y fortalece los pulmones y riñones. El agua o el azúcar cargadas de púrpura estimulan el apetito, ayudan a las funciones del hígado y favorecen la digestión. 





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