Alcanzar el Si mismo.


"¿Puedo encontrar a mi Mí mismo en un espejo? Debido a que usted mira hacia fuera ha perdido la visión del Sí mismo y su visión es externa… Vuelva su mirada adentro. Es absurdo la idea de que ver otras cosas es fácil pero mirar adentro es difícil. Debe ser al revés ".Ramana Maharshi



Miro mi cara en mi espejo de mano, notando dónde se da, cuán grande es, cuán redondeada es. Y entonces llevo mi atención de viaje a lo largo de mi brazo extendido hasta lo que hay en su punta inmediata aquí. Y veo que aquí no hay nada sino Espacio vacío. Sin embargo es Espacio que encuentra sitio para ese brazo y mano y espejo y cara, la cara que mantengo ahí afuera, la cara que jamás viene mucho más cerca de mí que eso. 

Y he aquí un segundo método de dar la vuelta y hacer ese viaje de retorno de un metro: Tengo separadas mis manos alrededor de 15 centímetros. Entonces lenta, muy lentamente las traigo hacia mí —prestando atención al intervalo entre ellas— hasta que desaparecen a uno y otro lado de mí. Y acojo, en verdad devengo, ese intervalo, ese Espacio, el cual ya no es de unos pocos centímetros de ancho sino infinitamente amplio y profundo. 

Éstos son solo dos de los incontables vehículos dispuestos todos para cruzarle a usted a esa tierra-de-no-hombre —repito tierra-de-no-hombre— a un metro de distancia, que separa su apariencia (según se muestra ahí afuera a los otros) de su Realidad (mostrada aquí a Usted). 
Por favor, pruebe los dos vehículos que acabo de  describir, o (mejor todavía) encuentre el suyo propio. Pero no deje de hacer ese viaje. Es lo único que importa. Le lleva a usted directamente desde lo que usted parece a lo que usted es, a saber, Espacio o Capacidad o Consciencia, y más allá incluso de la Consciencia al incognoscible Abismo del cual brota la Consciencia atemporal. En resumen, le lleva a usted a casa. 

El hecho es, por supuesto, que esta Vía, la más corta de todas, es aún más corta de lo que he dicho. No tiene ninguna longitud en absoluto. Como Ramana Maharshi lo señala: «No hay ningún alcanzar el Sí mismo… Usted es ya eso». Era solamente una pretensión que yo hubiera podido dejarme a mí mismo atrás y salir para ver lo que los otros  de ahí afuera estaban haciendo de mí. No hay ningún modo de escapar de Aquí, debido, evidentemente, a que llevo Aquí conmigo a dondequiera que voy. Lo cual quiere decir que no llevo Nada conmigo —nada excepto esta Consciencia que yo soy—. 
Y así, en conclusión, la Vía que recorremos es tan larga o tan corta como nosotros nos encarguemos de hacerla. Y todas las Vías —incluyendo la nuestra  de un metro de larga— finalmente se reducen a ninguna distancia en absoluto, pues es imposible dejar o acercarse al Sí mismo. O (si usted lo prefiere) al final de toda vía espiritual genuina hay la realización de que el fatigado viajero jamás ha dejado el Hogar un solo instante, y de que la vía misma —por larga y ardua que fuera— era completamente ficticia. 

De "La Via de un Metro" de Douglas E. Harding

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