SERENIDAD ANTE LOS ACONTECIMIENTOS

(Relato Taoísta)

Se cuenta que, en una ocasión, el caballo de un campesino se escapó, internándose en un bosque cercano, sin haber regresado cuando cayo la noche. Su vecino lo compadeció:
-Es una gran pérdida, lo siento por ti, buen vecino. Debes estar muy apenado
-Agradezco tu compasión -le respondió-, pero no tengo motivo de pena alguna, porque no se si lo ocurrido es bueno o malo para mi. Quién sabe... Puede ser bueno o puede ser malo.

Al día siguiente, el caballo regresó acompañado de caballos salvajes con los cuales había trabado amistad. El vecino reapareció, esta vez para felicitarlo por el regalo caído del cielo, pero el campesino repitió:
-Quién sabe... Puede ser bueno o puede ser malo.

Al día siguiente, su hijo trató de montar uno de los caballos salvajes y se cayó, rompiéndose una pierna. El vecino volvió a mostrar su pesar, y recibió nuevamente la anterior respuesta:
-Quién sabe... Puede ser bueno o puede ser malo.

Y el campesino tuvo razón, una cuarta vez, porque al día siguiente aparecieron unos soldados para reclutar al hijo, pero lo eximieron por encontrarse herido.

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