¿QUIÉN LIMITA MI CRECIMIENTO?


Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito: 
"Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de Usted en esta empresa. Está invitado al velatorio, en el área de deportes". 

Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros en la empresa. 
¡ La agitación en el área deportiva era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velatorio! 
Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba: 
¿Quién será quien estaba impidiendo mi progreso? 
¡Qué bueno que el infeliz murió!

Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban saliva en seco. Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma. 

Pues bien, en el fondo del ataúd sólo había un espejo, en el que cada uno se veía a si mismo, con el siguiente letrero: 

"Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO"! 



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