HACER EL VACÍO. Hablando con Zhao Laoshi


Zhao Laoshi estaba, en el el Lu Xun Park de Shanghai, en absoluta inmovilidad, en la postura del Puente de Oro, también llamada  Zen de un solo dedo, cuando su discípulo Huang acudió a visitarlo. Sentado en una roca, esperó a que el maestro finalizase su meditación. Huang tenía una pregunta que hacerle:

-Maestro Laoshi, ¿qué es el vacío?
-El vacío (wu) es una  condición indispensable para la adquisición de la sabiduría. Fíjate en ese árbol, el más grande. ¿Cómo dirías que sube el agua para llegar desde las raíces hasta las hojas más altas de su copa, venciendo la gravedad?.

-Tengo entendido que se efectúa por un fenómeno denominado “capilaridad”.
-Cierto. Así se denomina. Y una de las cosas importantes que interviene en el proceso es el vacío. La subción de la savia se produce gracias al vacío. ¡La naturaleza siempre enseñándonos!. El vacío, clave para recibir. Sin vacío no hay posibilidad de llenarse de nada. 
Quizás conozcas el cuento taoísta de la Taza Llena:

Se cuenta que, había una vez, un arrogante joven que presumía de ser un experto taoista. Conocedor de la existencia de un sabio, que vivía retirado en la montaña, fue a visitarlo, con la esperanza de aumentar sus conocimientos sobre el Tao. 
 A la puerta de una humilde cabaña, salió a recibirlo un anciano, vestido con una raída túnica, que tenía una larga y fina barba blanca y unos penetrantes ojos brillantes. Lo invitó a pasar y a tomar el te que el anciano preparó, en su vieja tetera de barro. 
Desde que el erudito estudiante llegó, no cesó de hablar, ni un solo instante, haciendo ostentación de sus conocimientos. El anciano escuchaba, pacientemente, mientras servía el te  a su invitado, que seguía absorto en su disertación sobre lo insondable del Tao. Cuando la taza se llenó, siguió vertiendo el te que fue darramándose sobre la mesa, hasta caer en la túnica del joven. “¡Viejo inútil! ¿ No ves mi taza llena?”. 
El sabio anciano, pausadamente, retiró la tetera y se quedó mirándole, fijamente, lleno de compasión.Su mente -le dijo- se parece a esta taza: está llena. A una taza llena no le cabe más te. Me temo que nada podré aportaros. A una mente llena no le caben más conocimientos”.

-Gracias, maestro Zhao por su atención. Con esta respuesta quedo satisfecho, es más que suficiente. Podemos comenzar las prácticas de Tai Chi. Gracias.

J L

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