EL FUEGO, EN LA NOCHE DE SAN JUAN


En la Peninsula Iberica, los festivales o celebraciones que tienen como centro el fuego son muy numerosos a lo largo de todo el año, extendiéndose por cada uno de los rincones de la vieja Europa, sin embargo varias ocasiones son las que concentran un mayor número de estas fiestas rituales: los equinoccios y solsticios son estos momentos, siendo especialmente los últimos los más prolíficos. 

El solsticio astronómico no siempre coincide con la fecha en la que actualmente celebramos la noche de San Juan, día 23 de junio. El solsticio astronómico es, habitualmente, el 21 de junio; concretamente, este año, tuvo lugar a las 18'38 de ese día.

El fuego es el principal representante del astro solar en la tierra, por lo que, al estar el culto al sol  muy extendido, ni que decir tiene que los rituales que tienen al fuego como protagonista son innumerables.

La hoguera de San Juan se enmarca dentro de las celebraciones que tienen como centro el solsticio estival y constituyen el comienzo de un tiempo fundamental para la subsistencia de las sociedades antiguas y modernas,  a lo largo de la historia. El fuego es un elemento purificador, liberador y regenerador. Desde antiguo, se apelaba a él para librase de numerosos males, desde la brujería, pasando por los malos espíritus, hasta las plagas sobre las cosechas. También posee el fuego la facultad de ahuyentar al rayo, el granizo o las tormentas; como vemos son, en ocasiones, los propios elementos los que se creen de utilidad para librarse de otros fenómenos. Son cuantiosos los pueblos que encienden hogueras y hacen pasar por delante de ellas a toda la cabaña del pueblo, en un afán purificador. 

En Cantabria, al igual que muchos otros muchos lugares de nuestra península, existe la costumbre de saltar la hoguera en esta mágica noche, práctica de la cual nos dan noticias muchos autores de la antigüedad, entre ellos, Ovidio. Saltar sobre las hogueras, pisar las cenizas aún candentes, danzar a su alrededor, hacer pasar junto a ellas a la cabaña o llevar el fuego por los campos de cultivo del pueblo, para purificar la cosecha, son prácticas que aún hoy se conservan en ciertas zonas europeas y, por supuesto, en España.

El sol de San Juan quita el reúma y alivia el mal
Al encender hogueras, en la noche de San Juan, se intenta que el sol brille con fuerza, durante la estación que comienza, para facilitar la maduración de los frutos y la recogida fructífera de las cosechas. Es, por tanto, el astro el principal protagonista. ¡Gran paradoja!, identificar una fiesta profundamente pagana con un Santo del mundo cristiano, que si con algo puede relacionarse es con otro elemento básico como el agua, (Agua de por San Juan, quita vino y no da pan)

Fuente: Brunitarot

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