TAOISMO: La importancia de saber usar las cosas

 Zhuang Zi



Hui zi dijo a Zhuang zi:

—«El rey de Wei me hizo presente de una semilla de calabaza gigante. La planté, creció y dio por fruto una calabaza en la que cabían hasta cincuenta azumbres. No se podía usar entera para echar en ella líquidos, pues su solidez no permitía levantarla; ni tampoco servía cortarla para hacer dos recipientes, que por su tamaño no cabrían en lugar alguno. Pese a su grandeza, no veía que pudiera ser de ningún provecho; así que la he hecho pedazos».

A lo que Zhuang zi dijo:

—«A fe que no sabéis hacer uso de las cosas grandes. Hubo un hombre en Song que sabía aderezar un ungüento con el que las manos no se agrietaban por el frío. Durante generaciones su familia había tenido por oficio lavar seda. Oyó hablar de él un forastero, y fue a ofrecerle cien monedas por su receta. Reunióse la familia para deliberar: "Durante generaciones —dijeron— hemos estado lavando seda, y con ello sólo hemos ganado unas pocas monedas. Ahora, en un momento, podemos ganar un ciento. ¡Vendámosla, pues!" Así que el forastero obtuvo la receta, y con ella se fue a Wu y pidió audiencia al rey. En ese tiempo Yue estaba atacando a Wu, y el rey le puso al mando de sus tropas. 

Entablóse un gran combate naval en pleno invierno y Yue sufrió una decisiva derrota. El rey de Wu, en premio, le otorgó como feudo una parte del territorio conquistado.

El remedio contra las grietas era el mismo; mas a uno le sirvió para ganar un feudo, y al otro sólo para lavar seda: lo que se entiende por el diferente uso que de él se hizo.

Vos teníais una calabaza de cincuenta azumbres, y ¿por qué no la habéis atado con cuerdas para hacer de ella una suerte de flotador con que navegar por lagos y ríos? Y no que os habéis estado lamentando de que por su demasiado tamaño no había donde ponerla. ¡De donde se colige lo obtuso de vuestras entendederas!».

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